Algunos medios de comunicación han asegurado recientemente que, gracias a las obras de las autopistas de cuarta generación -4G- Pacífico 1, 2 y 3 el tiempo de viaje entre Medellín y Manizales se ha reducido a dos horas y media. Sin embargo, esta afirmación no corresponde a la realidad actual del corredor vial, ya que varias de las obras clave aún no han sido entregadas debido a problemas financieros y técnicos, sobre todo, por el retraso en puntos estratégicos de Pacífico Uno.
Uno de los principales desarrollos en esta vía es el túnel falso ubicado entre los túneles de Amagá y el intercambiador de Titiribí, cuya construcción finalizó terminando enero. Su habilitación permitirá abrir 13 kilómetros de doble calzada que estaban listos desde hace casi dos años, pero que no habían sido puestos en funcionamiento, según Covipacífico, por problemas geológicos en la zona. No obstante, este tramo solo podrá entrar en operación cuando la interventoría emita a la Agencia Nacional de Infraestrcutura - ANI- su visto bueno, acción que va para dos semanas de espera.
A su vez, la concesionaria Covipacífico ya está en capacidad de habilitar un tramo que ha estado terminado desde 2023. Sin embargo, otras obras de importancia, que son responsabilidad del Gobierno nacional o que han quedado desfinanciadas, aún deben resolverse antes de que la vía pueda considerarse completamente operativa.
Obstáculos pendientes
Uno de los puntos críticos sigue siendo la zona de La Sinifaná, donde un derrumbe ocurrido en 2019 mantiene taponado el sector. Para completar la doble calzada en este punto se requieren inversiones superiores a un billón de pesos.
Por otro lado, las obras del Invías en Primavera y Cuatro Palos (Amagá) quedaron sin recursos y el Gobierno nacional aún no ha refinanciado los contratos. De acuerdo con Covipacífico, estos trabajos necesitan más de 800.000 millones de pesos, de los cuales 676.000 millones se destinarían a la ejecución de las obras y 136.000 millones a trámites prediales, ambientales y de traslado de infraestructura.
Otro factor que afecta la movilidad es el peaje de Amagá, donde los tiempos de espera siguen siendo prolongados, lo que anula parte del ahorro en tiempo que podrían generar los avances en la vía.
Expertos advierten sobre los pendientes del proyecto
Felipe Muñoz, director regional de Colfecar-Antioquia, ha señalado que, aunque Pacífico 1 ha avanzado, aún existen problemas estructurales que impiden la finalización total del proyecto. Según él, hay aspectos sin resolver desde 2014 que siguen afectando la movilidad en el Suroeste antioqueño y que dependen directamente del Gobierno Nacional.
"Lo que no se ha solucionado, que le corresponde al Gobierno nacional, es lo que hoy en día nos tiene sin saber si este proyecto algún día se va a terminar", indicó Muñoz.
El directivo enfatizó que la meta original de Pacífico Uno era garantizar una doble calzada continua hasta La Pintada, algo que aún no se ha logrado debido a los problemas pendientes en distintos tramos. "Hoy en día, para ir al suroccidente del país, ya deberíamos salir en doble calzada hasta La Pintada. Ese era el proyecto. Pero los problemas en este tramo no permiten que eso sea una realidad", agregó.
Asimismo, Muñoz señaló que, aunque la concesión puede dar por terminado el contrato al cumplir con el alcance actual de las obras, eso no significa que los problemas de movilidad en la región queden completamente solucionados.
"Los problemas de movilidad del Suroeste no se solucionan así el contrato llegue al 100% como está hoy. La gente ha estado esperando esto por 11 años" concluyó.
Si bien se han registrado avances en la construcción de Pacífico 1, aún hay importantes obras pendientes que impiden que el trayecto entre Medellín y Manizales se realice en dos horas y media. Hasta que estos puntos críticos no sean resueltos, el tiempo de viaje seguirá dependiendo de las condiciones actuales de la vía y de las demoras en sectores específicos.
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